PROBLEMAS INTERNALIZANTES ASOCIADOS A DIFICULTADES DE
APRENDIZAJE
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DIFICULTADES DE APRENDIZAJE
DE CARÀCTER EXTERNALIZANTE E INTERNALIZANTE
Hay muchos
padres que sientan la necesidad de dar respuestas a ciertas conductas y
situaciones de la vida cotidiana con las que se encuentran y que les plantean
grandes dilemas en su tarea diaria de educar. Existen una serie de estrategias
que pretenden ayudar a los progenitores en la difícil tarea de educar.
Para ello y con un carácter preventivo y formativo, se ofrecen las posibilidades educativas que tienen los padres ante las dificultades de sus hij@s, ofreciéndoles asesoramiento sobre los recursos y estrategias educativas que les ayuden a ell@s y a sus hij@s a encontrar una manera personal de educar, de forma adecuada y eficaz. Con ellas se ayudará a restablecer la capacidad de manejo sobre los comportamientos del niño o la niña, y a recuperar la capacidad para que los padres recuperen el control de sus propias emociones.
Las dificultades de aprendizaje van asociadas a trastornos conductuales externalizante que derivan en conflictos entre el niño/a y su entorno como pueden ser:
Para ello y con un carácter preventivo y formativo, se ofrecen las posibilidades educativas que tienen los padres ante las dificultades de sus hij@s, ofreciéndoles asesoramiento sobre los recursos y estrategias educativas que les ayuden a ell@s y a sus hij@s a encontrar una manera personal de educar, de forma adecuada y eficaz. Con ellas se ayudará a restablecer la capacidad de manejo sobre los comportamientos del niño o la niña, y a recuperar la capacidad para que los padres recuperen el control de sus propias emociones.
Las dificultades de aprendizaje van asociadas a trastornos conductuales externalizante que derivan en conflictos entre el niño/a y su entorno como pueden ser:
- Hiperactividad
- Oposicionismo
- Problemas atencionales
- Agresividad
- Conducta antisocial
- Déficits de autorregulación…
Los problemas de carácter internalizante asociados a dificultades de aprendizaje son:
- Problemas de procesamiento
de la información
- Problemas emocionales o internalizantes
- Sistemas de creencias
- Ansiedad
- Autoconcepto
- Depresión
Características y prevalencia de los
problemas de ansiedad, depresión y quejas somáticas en una muestra clínica
infantil de 8 a 12 años, mediante el CBCL (Child Behavior Checklist)
Concepción López Soler*, Maria V.
Alcántara, Visitación Fernández, Maravillas Castro y Jose A. López Pina
Edición web (http://revistas.um.es/analesps)
El estudio de las características
y prevalencia de los desórdenes emocionales y del comportamiento en infancia y
adolescencia es un campo de investigación necesario tanto para establecer
tratamientos eficaces como para desarrollar programas de prevención. Diversos
trabajos indican la existencia de trastornos psicológicos en la infancia, con
altas tasas de continuidad en la adolescencia y a lo largo de la vida adulta
(Achenbach, Dumenci, & Rescorla, 2002; Angold, Messer, Stangl, Farmer,
Costello & Burns, 1998; Bickman & Rog, 1995; Costello & Angold,
1995). Estudios en población pediátrica de 2 y 3 años de edad, obtienen una
prevalencia del 25% de alteraciones psicológicas (San Román, Pedreira, López-Torres,
Bonete & Castelló, 2002). En otros estudios epidemiológicos realizados en
diversos países (Achenbach Dumenci & Rescorla, 2002; Cicchetti & Cohen
2006; Schwab-Stone y Briggs-Gowan, 1998), las tasas de prevalencia de
psicopatología infanto-juvenil se sitúan entre el 15 y el 20% de la población.
Uno de los estudios pioneros en epidemiología psicopatológica en infancia fue
realizado en la isla de Wight a todos los chicos y chicas de 10 y 14 años, por Rutter,
Tizard y Whitmore (1970). La prevalencia encontrada fue de 6.8% a los 10 años y
20% a los 14 años.
Las alteraciones psicológicas en
la infancia han sido tradicionalmente clasificadas en dos patrones básicos de
problemas psicológicos: del comportamiento y de las emociones (Achenbach &
Edelbrock, 1983; Quay, Routh & Shapiro, 1987). Las alteraciones de las
emociones o síndromes internalizantes están relacionadas con inestabilidad del
estado de ánimo, obsesiones, problemas somáticos, nerviosismo, inseguridad,
miedos, fobias, tristeza, apatía, disforia, inquietud, tensión, preocupación y
culpabilidad entre otros síntomas.
Para el diagnostico de los
trastornos internalizantes se puede emplear la sintomatología descrita por la
American Psychiatric Association (APA) en las diferentes propuestas realizadas
mediante los sucesivos Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM),
que hacen referencia a tres síndromes puros, por semejanza con los trastornos
en los adultos: problemas afectivos, problemas de ansiedad y somatizaciones.
Mediante el Child Behavior Checklist (CBCL) (Achenbach & Edelbrock, 1983)
es posible explorar tres síndromes internalizantes equivalentes a los tres
diagnósticos descritos en las clasificaciones oficiales (Achenbach &
Dumenci, 2001): trastornos afectivos, trastornos de ansiedad y problemas
somáticos (Tabla 1). Sin embargo, las taxonomías empíricas muestran que la sintomatología
internalizante no aparece tan claramente delimitada en infancia y adolescencia,
y propone agrupaciones mixtas de síntomas. Achenbach y colaboradores han
realizado diferentes análisis factoriales sobre los ítems del CBCL, y han
aislado tres síndromes empíricos internalizantes: ansiedad/depresión,
retraimiento/depresión y quejas somáticas. La ansiedad y la depresión no se
organizaron como síndromes independientes. La configuración de un trastorno
mixto ansiedad-depresión en la infancia ha sido indicado recientemente por
Echeburúa y Corral (2009). En adolescentes españoles se ha identificado esta
agrupación mixta (Lemos, Fidalgo, Calvo, y Menéndez, 1992; López-Soler y
Freixinos, 2001; López-Soler, García, Pérez, de la Nuez, y Fernández, 1997;
Martínez de Salazar, López-Soler, García, Pérez, y Martínez, 2001).
Tabla 1: Síndromes empíricos
internalizantes CBCL-DSM.
Sìndrome
|
Sìntomas
|
Problemas afectivos
|
*Hay muy pocas
cosas que le hacen disfrutar
*Llora mucho
*Se hace daño a
si mismo/a o ha intentado *suicidarse
*No come bien
*Se cansa
demasiado
*Duerme menos que
la mayoría de los niños/as
*Duerme más que
la mayoría de los niños/as de *día o de noche
*Habla de querer
matarse
*No duerme bien
*Infeliz, triste
y deprimido
*Cree que tiene
que ser perfecto
*Poco activo/a,
lento/a o le falta la energía
*Se siente
inferior o cree que no vale nada
|
Problemas de ansiedad
|
*Es demasiado
dependiente o apegado a los *adultos
*Tiene miedo a
ciertas situaciones, animales o *lugares diferentes de la escuela
*Le da miedo ir a
la escuela
*Nervioso/a,
ansioso/a o tenso/a
*Demasiado
ansioso o miedoso
*Se preocupa
mucho
|
Problemas somáticos
|
*Dolores o
molestias sin causa médica
*Dolores de
cabeza sin causa médica
*Náuseas, se
siente mal sin causa médica
*Problemas en los
ojos sin causa médica
*Erupciones o
problemas en la piel sin causa *médica
*Dolores de
estómago o retortijones sin causa *médica
*Vómitos sin
causa médica
|
Instrumentos como el CBCL en sus
distintas versiones permiten valorar semejanzas y diferencias en cuanto a las taxonomías
en psicopatología infanto-juvenil en diferentes poblaciones, países y culturas
(Crijen, Achenbach & Verhulst, 1999; Weine, Phillips & Achenbach, 1995;
Rescorla et al., 2007; Weisz, Suwanlert, Chaiyasit, Weiss, Achenbach & Trevathan,
1989).
Las investigaciones realizadas
mediante listados amplios de conductas, indican que los trastornos
internalizantes son los patrones de alteración psicológica más comunes
encontrados en la infancia (Achenbach, 1982; Achenbach & Edelbrock, 1983;
Quay, 1986; Siu, 2008), fundamentalmente los temores, miedos y fobias (Sandín,
1997). Sin embargo, los trastornos externalizantes son más visibles en el
contexto familiar y escolar, al manifestarse mediante conductas disruptivas que
interfieren en el funcionamiento de los menores en esos ambientes, poniendo a
prueba la tolerancia y habilidad para regular ese comportamiento.
Esto implica mayor remisión a
dispositivos de salud mental y mayores tasas de diagnósticos clínicos (Cova,
Maganto & Melipillán, 2005). Además, la sintomatología internalizante puede
y suele manifestarse en la infancia junto a alteraciones del comportamiento de
tipo externalizante, tales como: irritabilidad, impulsividad, agresividad,
inatención, comportamientos disruptivos, etc., quedando menos visible a los
adultos.
Sin embargo, un estudio llevado a
cabo con el CBCL en población general indica que, en los síndromes
externalizantes se obtienen puntuaciones directas superiores a las puntuaciones
obtenidas en las escalas internalizantes (Fuentes, Fernández & Bernedo,
2004). Por otro lado, la prevalencia de los trastornos internalizantes en
menores adoptados o en familias de acogida (Heflinger, Simpkins &
Combs-Orme, 2000; Smith, Howard & Monroe, 2000), evaluada a través del
CBCL, fue inferior a los externalizantes, aunque en el primer estudio los
menores presentaron porcentajes entre el 40% y el 45% en rechazo afectivo e
inhibición. Es importante destacar que la sintomatología internalizante se
relaciona con la vulnerabilidad a desarrollar estrés postraumático (TEPT) en
situaciones adversas (Saigh, Yasik, Oberfield, Halamandaris & McHugh, 2002)
y que las reacciones postraumáticas más graves, que constituyen el trauma
complejo, incluyen sintomatología externalizante
junto a internalizante (Cook et al, 2005; López-Soler, 2008; López-Soler et al.,
2008; van der Kolk, Roth, Pelcovitz, Sunday & Spinazzola, 2005), lo que
puede alterar las prevalencias obtenidas cuando los estudios sobre menores con
dicha patología no tengan en cuenta esta reacción compleja como respuesta extrema a experiencias muy adversas.
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